El nacimiento de los estilos musicales ha generado ríos de tinta, y no pretendo proponer una nueva teoría que defina el origen de uno de esos sonidos singulares que acabaron siendo la banda sonora de toda una época. En este caso, lo que quiero es reconocer una aportación un tanto oculta que no hace tanto que vio la luz oficialmente. Los géneros musicales se forjan a lo largo de muchas canciones y bandas, pero terminan siendo, sobre todo, la banda sonora de una etapa vital, lo cual acaba siendo más importante que el género en sí mismo.
Syd Barrett es un personaje apasionante. Estamos ante un caso realmente único a nivel artístico y de fama. Syd fue un genio, uno de los más grandes de su época que, sin embargo, se vio obligado a refugiarse en su verde Cambridge la mayor parte de su vida. Barrett es de esa clase de personas que no acuden a su ingreso en el Hall of Fame o que se despiden de este mundo con millones de libras sin tocar en su cuenta bancaria. Algunos lo llaman loco, y es evidente que su problema iba más allá de excentricidad, pero por otro lado su forma de actuar fue consecuente y a sus conocidos no les extrañó que abandonase el show business. Dentro de lo increíble de su historia, lo que más me ha intrigado de él ha sido, claro está, lo que no se sabe. Y no me refiero a su personalidad, sino a su obra: a todo lo que quemó, a todo lo que dejó de grabar. Con total seguridad, el mejor disco de Barrett nunca se grabó. Y hablamos de un tipo que sacó adelante The Piper at the Gates of Dawn y The Madcap Laughs, dos álbumes que puntúan alto, el segundo de ellos incluso a pesar de la terrible producción de sus antiguos compañeros de Pink Floyd.
Como curioso de su vida y obra, me siento terriblemente atraído por las joyas ocultas al gran público que fue dejando y que, en este caso, sí son audibles (aunque no desde hace tanto). "Vegetable Man" fue una de esas creaciones. Syd Barrett se pasó la vida sembrando, algunos de sus frutos los conocemos, y otros muchos quedaron enterrados por su mentalidad destructiva y por el tiempo. Esa parte de la historia de Barrett abandonando estudios o conciertos siempre conducirá al «y si...», sin embargo el chaval de Cambridge simplemente prefirió esfumarse sin dejar rastro. Él no entendería tantos halagos, pero sacar (más) a la luz "Vegetable Man" es mi forma de hacerle un homenaje y, por qué no, de que muchos descubran o aprecien su particular genio.
Para ir entrando en materia y comprender la importancia de "Vegetable Man", es necesario conocer varios datos previos que harán que la historia encaje por completo. Syd Barrett fue requerido por The Damned, primera banda británica en publicar un álbum punk, para producir su disco de debut. Incluso unos tales Sex Pistols cursaron la misma petición. No es un hecho baladí, ni mucho menos: fue una rareza que un grupo de punk pidiera a un (ex) miembro de Pink Floyd que participara en su obra. El movimiento punk renegaba de las bandas burguesas, acomodadas, que vivían del sistema (¿os suena todo esto?), y Pink Floyd eran, y siguen siendo, el mejor ejemplo de aquello que los punks detestaban. ¿Y cómo se les ocurrió llamar a Syd Barrett? Lo cierto es que Barrett, ya en los setenta, era uno de los máximos exponentes de ese «odio al sistema». El de Cambridge decidió dejar el negocio y trató de pasar el resto de su vida lo más oculto posible. Por la época en que estos álbumes comenzaron a gestarse, Syd había vuelto a la industria musical, yendo a grabar a Abbey Road a petición de David Bowie, entre otros muchos. Y perdonad el paréntesis, pero al final fue el propio Bowie quien adoptó una forma de vida barrettesca, ocultándose en la inmensidad de Nueva York. Retomando la historia de Abbey Road, es preciso saber que al tercer o cuarto día Barrett se fue del estudio para no volver. Que les den a la EMI, a Bowie y a toda la industria.
A pesar de abandonar finalmente el estudio, este fugaz regreso lo puso de nuevo en un primer plano, el ya mítico Syd había cogido el teléfono y, además, parecía tener material nuevo. Era conocida su intención de arreglar el destrozo que Gilmour y Waters habían efectuado en sus dos álbumes en solitario. Incluso es probable que tuviera material rescatable de su breve etapa con The Stars. Empero Roger Keith Barrett fue el más punk entre los punks. Como en anteriores ocasiones, abandonó la escena del crimen y lo dejó todo sin resolver: adiós música, adiós. Esta actitud, junto a su odio por las maratonianas giras y por las exigencias de las discográficas, llevó a algunas bandas a pensar que podían contar con él. Sin embargo, no fue así. Al final, y de forma no menos sorprendente, Nick Mason produjo el segundo álbum de The Damned (Music for Pleasure, 1977), y los Sex Pistols trabajaron con Chris Thomas y Bill Price en su legendario Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols (1977).
Avanzando sobre la materia, es preciso saber que hay una conexión más entre el movimiento punk y Syd Barrett. El genio de la psicodelia, en su tira y afloja con sus compañeros de banda, comenzó a crear canciones cada vez más raras en el seno de lo que fue The Pink Floyd. Raras incluso para lo que venía siendo él (ya hablaremos del sonido pre The Piper at the Gates of Dawn otro día). En un artículo todavía por recuperar y republicar comenté que entre su repertorio hay varias canciones fuera de su tiempo, y precisamente uno de esos temas se adelantó al punk por casi una década. No es que Syd Barrett sea el inventor del género, pero sí es cierto que por aquellos años lo más extendido era el sonido garage o la actitud punk, pero no el punk como producto completo tal y como lo conocemos ahora. Lo más parecido en actitud era el garage destructivo, pero ni siquiera los rescatados Saicos o los míticos Sonics lograron simplificar su sonido lo suficiente como para ser considerados una banda de punk al uso.
Lo que sorprende de "Vegetable Man" es que no fue publicada, aunque si uno hace un estudio más o menos pormenorizado del artista, se da cuenta de que esto es algo común en su carrera. La canción hubiera formado parte del segundo disco de Pink Floyd, A Saucerful of Secrets, en el que Syd participó con el tema "Jugband Blues", además de aportar la guitarra (ojo al slide) a "Remember a Day" y a "Set the Controls for the Heart of the Sun" (único tema en el que participaron en estudio juntos Gilmour y Barrett en los Floyd). El tema del que hablamos, como se lee en el titular del artículo, es "Vegetable Man", y si hace unos años lo buscabais en YouTube, se veían comentarios de los dueños del vídeo que afirmaban haber sido obligados a suprimir el sonido. Para más inri, los propietarios de los vídeos eran muy claros en sus respuestas: no era asunto de la discográfica, era la propia banda la que había pedido el baneo. Al final, la lógica se impuso y "Vegetable Man" vio oficialmente la luz en la versión que veréis a continuación. Adiós vídeos piratas, adiós bootlegs, hola luz.
Lo que sorprende es que "Vegetable Man" fue tan buena que, pese a no haber sido lanzada por Pink Floyd, tuvo dos versiones de envergadura. Una de The Soft Boys en 1980 y la otra nada menos que de The Jesus and Mary Chain, quienes se atrevieron a usar la canción como cara B de su primer sencillo "Upside Down" en 1984. Casi nada. En sus manos, la canción suena más post punk, más new wave, pero no pierde la esencia del sonido original, todo un logro de estos dos grupos, y también de Syd Barrett, que se adelantó todavía más en el tiempo: ya no son diez años, ya son casi veinte. Esto no hace más que echar leña al fuego sobre su no publicación por parte de Pink Floyd incluso décadas después, quienes en su día se mantuvieron inamovibles en su posición de ocultar la canción porque mostraba de forma demasiado transparente el estado mental de Syd en aquel momento. Sin embargo, con "Jugband Blues" el criterio fue otro. Además, Pink Floyd evitó que "Vegetable Man" formara parte de Opel (en realidad tendría que haber sido Opal, pero eso es otra historia), un recopilatorio de canciones inéditas y versiones alternativas de Barrett que salió en 1988. Incomprensible.
De vuelta a los tiempos de Syd en Pink Floyd, es preciso saber que "Vegetable Man" tiene un par de versiones oficiales u oficiosas: una instrumental y otra cantada. La instrumental tiene un inicio psicodélico y ruidoso, alejado de la línea de las composiciones de Barrett, salvo si tenemos en cuenta esas canciones protesta que tocaban los Floyd en directo cuando estaban hartos de que el público pidiera siempre sus grandes éxitos. Hay que reconocer que la transición de ese sonido hacia la que a la postre sería la melodía del tema fue épica: simplemente no hay. Son apenas cuarenta segundos hasta que los Pink Floyd vuelven a sumergirse en un jam, en la que destacan una arrancada de Syd, que acabaría formando parte de la canción, y la línea de bajo de Waters, que al final emerge con fuerza. Syd en esta época, además de luchar contra sus compañeros con temas así, también cogió la costumbre de cambiar su forma de tocar la guitarra en cada toma, un problema que tuvo su momentazo en "Have You Got It Yet"; el título lo dice todo.
Tras los dimes y diretes compositivos, la versión oficial de "Vegetable Man" fue tomada el 11 de octubre de 1967. Ahí encontramos la guitarra de Syd en su máximo apogeo. El comienzo es atronador, con un ritmo machacón gracias al enorme trabajo de Nick Mason y Waters, y de un Barrett que decide cambiar su forma de cantar. Y no, no grita, pero parece como si el genio de Cambridge arrastrara cada palabra antes de escupirla, un estilo en el que nunca se había sumergido de forma tan profunda en sus etapas anteriores, y menos de una forma tan sucia. Por si fuera poco, encajaba a la perfección con el nuevo instrumental. La guitarra aparece y desaparece con un llanto desgarrador, no prodigándose en ningún riff. "Vegetable Man" se mantiene punk durante minuto y medio, hasta que se entremezcla con la psicodelia, dando lugar a un sonido oscuro y etéreo que la hace encajar también en el post punk en el que finalmente acabó sonando a través de las dos bandas citadas anteriormente. En la versión en directo que se emitió en la BBC, la mezcla del tema cambió. Syd sonaba fantasmal, con una guitarra demasiado protagonista, que se come la gran labor de Mason y Waters. Lo más destacado de esta versión es su outro, que recrea un momento lo suficientemente desgarrador como para que Pink Floyd casi suene a garage. La remezcla de 1987 no termina de ofrecer el sonido de la original; de hecho, parece incompleta por la escasa estabilidad del volumen. Suena como un tema mal grabado que no aporta casi nada nuevo, salvo el poder disfrutar con mayor claridad del bajo de Waters (que no es poca cosa), y de lo bien que se lo pasaron los músicos con las cacofonías del final.
Hasta aquí, "Vegetable Man" ofrece un minuto y medio del que sería el sonido punk británico. En cuanto a la letra, que fue, al parecer, lo que echó atrás a la banda a la hora de su publicación, solo puede decirse que es muy sencilla. Dice Peter Jenner, manager de Pink Floyd en la época, que la banda tenía que ir al estudio a grabar y que les tocaba llevar unas canciones nuevas que no terminaban de existir. Syd se sentó en casa de Jenner y compuso "Vegetable Man", la cual el propio manager describió como «muy oscura». El representante, pese al calificativo, luchó porque fuera incluida en A Saucerful of Secrets, ya que "Vegetable Man" fue para él «uno de los trabajos más finos de Barrett». La glosa termina con una comparación con la obra de otro genio: Van Gogh. Lo cierto es que Barrett se describe físicamente en las dos primeras estrofas con un humor muy cínico y autoparódico, mostrando dolor e indiferencia a partes iguales. Un poco como Vincent en el Autorretrato con oreja vendada: «aquí estoy y así soy». El de Cambridge remata en la siguiente estrofa:
I've been looking all over the place for a place for me
But it ain't anywhere, it just ain't anywhere.
Unas palabras que no sentaron bien a sus compañeros, que se separarían de él el 20 de enero de 1968 (aunque se hizo oficial en abril). Syd Barrett no continuó por esta vía melódica en su etapa en solitario, en la que lanzó dos obras: The Madcap Laughs (una vez más, conviene señalar que debió haberse titulado The Madcat Laughs) y Barrett. Sin embargo, sí empezó a hablar de sí mismo en sus letras, hecho que no hace más que engrandecer la importancia histórica de "Vegetable Man", un punto de inflexión en su visión de sí mismo y del mundo que lo rodeaba.
Todo esto nace de más atrás y, aunque parezca una curiosidad, no lo es tanto. Al igual que en sus letras, queda clara la tendencia de Syd a hacer puzles, mosaicos y collages, mezclando lo visual con lo sonoro, dejando patente que su obra siempre tenía una semilla recogida de otro lugar. Barrett estudió en Londres en la Camberwell College of Arts y se sorprendió por una obra titulada Summer, pintada en 1572 por Giuseppe Arcimboldo. La obra, un tanto grotesca si se me permite la expresión, muestra el busto de un hombre de perfil, cuya cara está hecha de frutas y verduras. La otra influencia pictórica fue la famosa obra de René Magritte, The Son of a Man, en la que vemos a un hombre, de frente, con una gran manzana a la altura de la nariz que le tapa el rostro. No hay más que ver una de las fotos promocionales de Barrett con unos ajos pegados a la cara para comprobar la importancia que tuvo para él todo esto.
Es más que probable que "Vegetable Man" fuera solo una protesta basada en un sonido ajeno al que venía mostrando Pink Floyd, con el extra de firmar un párrafo final demoledor. Esta mala intención de Syd Barrett parece razón suficiente para que no fuera publicada de forma oficial en su momento, y tampoco mientras su autor vivió, ya que a sus compañeros, como es normal, no les hizo demasiada gracia esa crítica. Curiosamente no les importó tanto como para impedir que otras bandas sí pudieran reinterpretarla. Su publicación hubiera dejado claro que Syd Barrett era perfectamente consciente de los problemas que sufría y que, pese al consumo de LSD y Mandrax, seguía siendo valioso para el grupo al menos como genio creativo, descartando el breakdown que se dice que sufrió, y que a la postre fue la excusa para expulsarlo de Pink Floyd. Porque Barrett tuvo problemas con las drogas y lidiar con él debió de ser una pesadilla, pero al final, el tiempo también ha puesto en su sitio a Roger Waters, quien no parece un tipo de trato fácil.
Sacar a la luz esta joya oculta es una obligación. "Vegetable Man" es un artefacto artístico adelantado a su tiempo y, a la vez, un capítulo esencial de la vida de Barrett. Como proclama Syd en la canción:
Vegetable Man, where are you?